Muchas veces descuidamos la salud de los oídos. Nos acostumbramos a escuchar música bien fuerte con auriculares, a ver televisión en volumen demasiado alto sin necesidad y hasta solemos elevar la voz al hablar, sin darnos cuenta que así estamos perjudicando progresivamente nuestra audición.
Se ha comprobado que los ruidos fuertes son malos para la salud, y no sólo la de nuestros oídos. Estar expuestos a sonidos fuertes es agresivo también para nuestro estado de ánimo, y favorece el estrés. Veamos a continuación cómo cuidar los oídos para proteger tu salud y la de quienes te rodean.
- Aporta tu granito de arena. Los sonidos a los que estás más expuesto son aquellos que provienen de ti mismo y tu ámbito, así que intenta empezar en casa manteniendo niveles razonables de ruido. Por ejemplo, no te acostumbres a escuchar música o ver televisión con volumen muy alto, o apágala si nadie la está mirando, no eleves demasiado la voz para hablar, etc.
Es importante que no haya ruidos fuertes en el área donde duermes. Una manera de protegerte de sonidos es añadiendo materiales aislantes, como puertas sólidas, ventanas de doble acristalamiento, alfombras que absorben el ruido.
- Permítete sonidos agradables. No es necesario que apagues todo para proteger tus oídos. De lo contrario, hay sonidos que son buenos para la salud, como los de la naturaleza (sonido del viento, canto de los pájaros, agua, etc.) Busca en cualquier disquería o descarga de Internet efectos de sonido de la naturaleza y escúchalos en tu hogar.
- Combate el estrés. Si vives en el centro de la ciudad, cerca de un aeropuerto o en zonas donde se sienten muchos ruidos cotidianamente, trata de contrarrestarlos a través de un estilo de vida saludable, con una buena alimentación, ejercicios, yoga, meditación o cualquier otra técnica de relax para combatir el estrés.
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