Si aquello de que "la camiseta de (completar según la preferencia) pesa" era un lugar común, el Barcelona, el equipo que revolucionó el juego y estableció un paradigma en la era moderna del fútbol, lo trajo a la realidad: un "estudio casero" realizado por el propio plantel en que brilla Lionel Messi reveló que la casaca aumenta 300 gramos su peso con el sudor de los jugadores.
Así lo publica el prestigioso diario El País, que da cuenta del problema que supone esto para los jugadores, y que están intentando resolver los dirigentes en diálogo con Nike, la empresa fabricante. Un problema, hasta ahora, sin demasiado ruido, porque por obvias razones el vestuario no pudo pronunciarse públicamente al respecto.
"Pesaba un huevo", "se pegaba al cuerpo como una lapa". Los futbolistas, de forma anónima, graficaron el insólito inconveniente durante la gira del equipo por los Estados Unidos antes del inicio de la temporada, algo que en principio se atribuyó a la humedad y a las altas temperaturas de la zona.
La camiseta del Barça fue diseñada para respetar el medioambiente, con poliéster reciclado en una cantidad equivalente a ocho botellas de plástico recicladas. "El llamado tejido Dri-FIT teóricamente absorbe el sudor, lo evapora rápidamente y 'te ayuda a mantenerte seco y cómodo en todo momento', según explicaron los responsables de Nike", publica el mencionado diario.
Los jugadores fueron los encargados de revelar el estado de las cosas. En Valencia, el fin de semana pasado, buscaron pruebas para justificar sus quejas ante los dirigentes y pesaron la camiseta: 200 gramos antes de empezar el partido, 500 en el descanso."En dos semanas el asunto estará solucionado", prometieron desde la empresa.
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