Adele Edwards, de Florida, Estados Unidos, es adicta a una golosina inusual: el relleno de los almohadones. Los médicos le han advertido que su adicción puede matarla, pero ella no puede detenerse.
La mujer, que tuvo que ser sometida recientemente a una intervención para retirarle relleno de poliéster de los intestinos, empezó a comer sofás a los diez años de edad. "Al principio me pareció raro, pero luego de masticarlo por un rato me empecé a acostumbrar a la textura”.
Según la institución mental Challenging Behaviour Foundation esta condición tiene el nombre de "pica" e identifica gente que come cosas raras que incluyen colillas de cigarrillos y hasta heces.
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