Tiene corazón, sangre, nariz, piernas, boca y ojos como cualquier ser humano. Pero no lo es. Su nombre es Rex y todos sus órganos han sido construidos en un laboratorio.
Se trata del hombre biónico más completo construido hasta ahora. Su propósito en esta vida: mostrar cómo la tecnología es capaz de reemplazar ciertas partes del cuerpo humano.
El robot está valorado en casi 600.000 euros y está expuesto en el Museo de la Ciencia en Londres, donde podrá visitarse hasta finales de marzo.
Según el investigador Bertolt Meyer, uno de sus dos creadores, y portador de una prótesis en el brazo desde hace muchos años, la idea es enseñar a la gente hasta qué punto las partes del cuerpo humano pueden ser reemplazadas con la tecnología y cómo esto puede ayudar a las personas con discapacidad.
"La gran promesa de la tecnología es que puede hacer desaparecer las discapacidades", dice.
Sus órganos internos, que incluyen un páncreas y un par de pulmones artificiales, se encuentran aún en construcción. Los investigadores destacan que no toda la tecnología puede trabajar sin la vida humana.
Las manos biónicas, por ejemplo, no pueden moverse sin músculos humanos y señales del cerebro para funcionar. Otro ejemplo es el estómago. "El único estómago artificial que hemos visto es muy largo y genera electricidad, con lo cual no puedes usarlo para reemplazar un estómago humano", ha declarado Walker.
Muchos han expresado sus temores acerca de los avances en la biónica y si puede crear un ser que piense por sí mismo. Los investigadores han tranquilizado el debate y afirman que no creen que Rex sea capaz de ello.
"Yo diría que es casi imposible que en lo que nos queda de vida, o incluso en la de nuestros nietos, podamos ver un hombre totalmente articulado con una inteligencia artificial", asegura Meyer.
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