En la capital rusa se ha celebrado una edición del Flugtag o 'día de vuelo'. Casi 40 equipos intentaron volar sus aeronaves de fabricación casera y propulsión humana a orillas del río Moscova.
La idea de esta fiesta es, simplemente, divertirse fabricando cualquier tipo de carroza que será arrojada al agua con sus creadores a bordo, quienes, en principio, engañan a sus conciencias creyendo que pueden llegar a volar algunos metros más allá del final de la rampa. Durante FlugTag meses de trabajo se tiran por la borda en no más de tres segundos.
"Construir y preparar nuestro aparato nos ha llevado 2 meses y medio. Volará solamente 3 segundos, pero el juego vale la pena. ¡Es mucha adrenalina!", cuenta uno de los participantes del 'show'.
No sólo es impresionante el empeño y la dedicación que los 40 equipos inscritos le pusieron a sus diferentes y creativos proyectos; también es increíble la cantidad de gente que se acercó a las playas del río Moscova para disfrutar de una tarde soleada, con calor, viendo como unos cuantos audaces se tiran al agua con algunas maderas y telas encima.
Hay que destacar que aparte de la diversión, hay algunos objetivos competitivos y de superación. "Si ganamos esta vez, no vamos a volver a participar, pero si no, competiremos nuevamente. Esto es deporte para nosotros", explica uno de los protagonistas de la fiesta.
Fue infinita la cantidad de modelos fabricados por los participantes que llegaron a Moscú desde diferentes partes de Rusia para ser parte de este evento que ya anduvo por otros países como EE. UU. y Austria donde se registraron los últimos dos récords al cubrirse un trayecto de hasta 65 metros.
El objeto volador que salió ganador fue el del equipo de Rostov del Don (la ciudad sureña rusa) y era un cangrejo. Sus integrantes disfrutarán del primer premio que es un viaje de tres días a Salzburgo, Austria, donde los ganadores podrán visitar el famoso Hangar 7, un museo de aviación, para poder aprender finalmente qué es lo que realmente puede volar.
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