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03 noviembre, 2011

Trucos para ahorrar en el recibo de la luz

Si en algo parece que está todo el país de acuerdo es en que estamos en crisis (sí, lo sé, es obvio, pero tenemos un país tan raro que estar de acuerdo en algo, incluso en esto, me parece destacable). Y, primos aparte, parece que también estamos de acuerdo en que hay que luchar contra el cambio climático.

Como en nuestras manos no está, directamente, en el día a día, incidir en la política energética del país, vamos a pensar en unas cuantas ideas que sí podamos hacer y que nos suponga, al menos, un ahorro a nivel personal.

Las facturas del agua y de la luz son un gasto fijo de los hogares que, con las recientes subidas de tarifas, está distorsionando muchas economías domésticas. Es verdad que es un gasto imprescindible pero en nuestra mano está poner en marcha sencillas medidas en nuestros hogares para que no se disparen las facturas. Ahí van unos consejos para ahorrar luz.

Iluminación

Apagar las luces cuando no se usen. Tenemos que acabar con la mala costumbre de ir encendiendo luces a medida que nos movemos por casa, e ir apagando aquellas que no utilicemos.

Sustituir las bombillas incandescentes por bombillas de bajo consumo (lámparas compactas fluorescentes). Aunque son más caras que las incandescentes, las bombillas de bajo consumo consumen la cuarta parte de electricidad, y tiene una vida de uso de 7 a 10 veces más larga.

Utilizar reguladores de intensidad en las lámparas. Ajustando la intensidad luminosa a la necesaria en cada momento, estaremos ahorrando energía y consumiendo menos de cara a la factura de la luz.

Limpiar el polvo de las bombillas a menudo, y hacerlo siempre con ellas apagadas. La más fina capa de polvo va a disminuir siempre la intensidad luminosa de una bombilla. Si las limpias mientas están encendidas, corres el riesgo de que las bombillas se fundan.

Refrigeración y Calefacción

Utilizar ventiladores en lugar del aire acondicionado. Refrescan menos, pero también consumen menos electricidad.

Ajustar la temperatura y potencia en el aire acondicionado. Una diferencia de un grado de temperatura supone menos euros a pagar en la factura de la luz.

Apagar el aire acondicionado media hora antes de salir de casa. En ese tiempo, la temperatura se mantendrá fresca.

Limpiar una vez al mes los filtros del aire acondicionado. Mejorará la calidad del aire y la eficiencia del equipo.

Abrir las cortinas y subir las persianas en los días de invierno para caldear las habitaciones. Cerrarlas y bajarlas en los días de verano para refrescarlas. El sol es gratis, de momento.

Cerrar puertas y ventanas en las habitaciones que no se usen. Así, sólo tendremos que refrescar o caldear las habitaciones que usamos habitualmente.

Electrodomésticos

No usar los secadores de pelo a máxima potencia. Además de ahorrar dinero, evitarás que se recaliente en exceso y acabe quemándose.

No abrir la puerta del horno mientas está en uso. Para ver como se está cocinando la comida, fabrican los hornos con una ventana.

Comprobar que el horno microondas tiene despejadas las rendijas de ventilación. A menudo, colocamos los microondas en huecos con poca ventilación que les obligan a trabajar con menor eficiencia.

No sobrecargar el frigorífico con comida y bebida. Como máximo, llenarlo a 2/3 de su capacidad.

Comprobar que la puerta del frigorífico cierra perfectamente. En una nevera mal cerrada entra aire caliente, y el aparato necesitará más potencia para enfriar.

Deshelar periódicamente el congelador. El hielo que se acumula en las paredes del congelador obliga a éste a trabajar a mayor potencia.

No usar el programa de secado en el lavavajillas. Dejar que el menaje se seque con el aire natural, dejando la puerta del lavavajillas ligeramente abierta, una vez que ha finalizado el lavado.

Usar programas de agua fría en la lavadora. Ahorrará energía al no tener que calentar al agua.

Utilizar la lavadora y el lavavajillas cuando estén llenos y con ciclos cortos. Menos usos más rápidos implican menos euros en la factura eléctrica.

Electrónica, Informática y Telefonía

Apagar o desenchufar los aparatos de imagen y sonido. Una televisión o un reproductor de DVD en modo ’standby’ continúa consumiendo electricidad. Apágalos, o desenchúfalos si no tienes posibilidades de apagarlos.

Apagar las impresoras cuando no se usen. Una impresora encendida puede llegar a consumir lo mismo que un microondas en continuo funcionamiento.

Comprar un ordenador portátil en lugar de uno de sobremesa. Los portátiles consumen menos energía.

Activar el modo de ahorro de energía en el ordenador. En el modo de hibernación, el consumo de energía es mínimo. Aunque, si no lo estás usando, apaga el ordenador y el monitor.

Desenchufar los cargadores de teléfonos móviles y ordenadores portátiles cuando no estén en uso. Hay modelos de cargadores que consumen electricidad aunque no estén cargando ningún aparato.



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