Existe el mito de que comer de noche engorda. Según el doctor Elmer Huerta esto no siempre es así, todo depende de la hora y el tipo de alimentos que elijamos. “Las comidas nocturnas son tan importantes como el almuerzo”, dijo. Sin embargo, una cosa muy diferente ocurre con los alimentos durante la madrugada.
Esto se conoce como el síndrome de alimentación nocturna, un desorden alimenticio que afecta a muchas personas en el mundo y que aparentemente no tendría una sola explicación. Según publica la agencia Derf, el fenómeno se explica por un descenso de los niveles de leptina (hormona que puede regular el apetito) en paralelo a un aumento de los niveles de grelina (hormona del hambre) y de otras como el cortisol (que incrementan el nivel de azúcar en la sangre).
Especialistas de la Universidad de Yale en Estados Unidos señalan que los altos niveles de estrés afectan el sueño y producen apetito. Esta combinación complica seriamente la salud, puede afectar el estado de ánimo y ocasionar enfermedades al corazón. Recomiendan primero tratar el estrés.
En tanto, el epidemiólogo James Gangwisch, de la Universidad estadounidense de Columbia, señala que la raíz del problema es el mal sueño. “El organismo interpreta que dormir poco es una señal para empezar a comer y abastecernos de calorías para nuestras actividades diarias”.
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