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26 agosto, 2012

Qué son y cómo funcionan los bonos de carbono?

Los bonos de carbono son un mecanismo de descontaminación que busca reducir las emisiones de gases contaminantes causantes del calentamiento global o efecto invernadero y es uno de los tres mecanismos propuestos en el Protocolo de Kyoto.

Pero vayamos por partes y cucharadas ¿Cómo funcionan los bonos de carbono?

Los bonos de carbono se obtienen con proyectos que disminuyen la emisión de gases que están en el ambiente, contribuyendo a reducir el efecto invernadero que causa el calentamiento global.

Este sistema ofrece incentivos económicos para que empresas privadas contribuyan a la mejora del sistema operativo de la calidad ambiental y se consiga regular la emisión generada por sus procesos productivos, considerando el derecho a emitir CO2 como un bien canjeable y con un precio establecido en el mercado.

En un esfuerzo por reducir las emisiones que provocan el cambio climático en el planeta, como el calentamiento global o efecto invernadero, los principales países industrializados -menos Estados Unidos y Australia- establecieron un acuerdo que establece metas cuantificadas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2012: el Protocolo de Kyoto.

Para cumplir se están financiando proyectos de captura o abatimiento de estos gases en países en vías de desarrollo, acreditando tales disminuciones y considerándolas como si hubiesen sido hechas en su territorio.

Dificultades
La mayor dificultad en el trueque e intercambio de emisiones y capturas de carbono es la verificación de este cumplimiento. Es así que también hay negocios para quienes establecen estándares y quienes dan la certificación.

Los sistemas de certificación son complicados, porque no basta con decir «capturé» o «no emití» carbono, sino que hay que demostrar que ese carbono es adicional a cualquier otro carbono que uno fuera a capturar o dejar de emitir de todos modos (sería como cobrar por el pescado que uno necesita comer para vivir), señala la publicación Etiqueta Negra.

“Además, el carbono intercambiado debe quedarse fuera de la atmósfera (sería como devolver el pez al mar y pescarlo varias veces). Para que este sistema funcione lo que uno haga no debe provocar emisiones por otro lado. 

Si expulso a los ganaderos de mi bosque, pero ellos van y queman otro bosque para poner sus vacas, el carbono emitido es el mismo, y yo sólo le he empujado el problema a mi vecino”, explican.



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