Mucho se ha hablado y escrito sobre las armas de mujer, qué son y como se utilizan. También hay un refrán que dice que «detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer» y la versión contraria: «detrás de un gran hombre siempre hay una mujer sorprendida».
La periodista Patrycia Centeno ha hecho una mezcla de todos estos tópicos y ha analizado el estilo de las políticas y primeras damas de todo el mundo para hablar del vestuario como una herramienta de poder.
No sabemos si habrá estudios parecidos del vestuario masculino, quizás, porque a ellos el poder se les presupone.
Centeno afirma: «Nadie puede ir más tapada y resultar más sexy que la Jequesa de Qatar». La jequesa, tiene una llamativa cinturita “de avispa” bajo la que siempre hay corsés de los más prestigiosos diseñadores franceses. Su atuendo exótico pasa por turbantes, complementos de piel de serpiente y una piernas solo insinuadas bajo faldas largas que no hacen sino aumentar el interés por ellas.
Su imagen fuerte, en un país en el que las mujeres apenas tienen derechos, es sin embargo, de puro poder. Por supuesto, el poder al servicio de su esposo, encantado de que la aparición de la jequesa eclipse a cualquier otro mandatario presente para centrar la atención en ella y, por extensión, en los interese del jeque.
Según cuenta la periodista en el libro «Política y Moda», la Jequesa tiene mucho cuidado de ser más discreta en su país donde el atuendo que usa en sus viajes internacionales no sería aceptado.
Durante algunos años las Primeras Damas de los países árabes tuvieron un gran protagonismo que se ha ido perdiendo desde que sucedieron las revueltas de la llamada “Primavera árabe”. Por ejemplo, Rania de Jordania, nº 1 en la lista de las mejor vestidas del mundo por años, ahora debe vestir al modo oriental.
En el libro, Patricia centeno distingue entre «mujeres políticas» y «primeras damas» las primeras tienen una labor personal que hacer, toman la palabra y las decisiones, las segundas suelen ser un mero “escaparate”, la imagen de su país y de lo que ese país quiere ser en relación con los demás países del mundo.
Como ejemplo de «primera dama», Centeno pone a Carla Bruni, que deslumbró a Isabel de Inglaterra con un traje gris de la firma Dior, sombrerito «estilo Jackie», sabrinas, guantes largos, bolso de asa corta y su «savoir faire», en su primera cita oficial en Reino Unido.
Destaca también la figura de Michelle Obama, universitaria, culta y un icono de la moda, que también eclipsa con su look y que no ha dejado de lucir sus brazos ejercitados por el deporte, algo oco habitual en la sociedad estadounidensa.
Con este mensaje, la mujer de Obama está demostrando que la mujer, además de ser una primera dama, puede tener fuerza propia y no solo estar al lado de su marido, sino que también puede dar un paso adelante, declara textualmente Centeno.
También Hillary Clinton, ha dado un giro importante a su estilo de primera dama de « recatada y ñoña, vestida como una princesa», a su imagen de política «con trajes de chaqueta sobrios y un corte de cabello con el que gana en veracidad».
En Europa, Angela Merkel hizo un intento de vestir algo más femenina con un modelo rojod e escote que le atrajo las críticas de medio mundo, tras lo que ha vuelto a un estilo masculino que aleja el interés de su ropa y lo pone en sus palabras.
Según Patrycia Centenolas políticas latinomaericanas mucho más avanzadas que las europeas, por su proximidad con Estados Unidos, en cuanto a la importancia de la imagen y para las que el blanco representa el futuro, frente al negro del pasado.
Latinoamérica nos lleva muchísima ventaja, porque los políticos defienden su cultura con el vestuario típico de su país de origen, como Evo Morales, Fidel Castro o Hugo Chávez, y las políticas no tienen miedo de resaltar su feminidad, frente a la globalización europea,
En Europa de nuevo, aún se habla del duelo de damas entre la española princesa de Asturias, Letizia Ortiz, y la exprimera dama de Francia, Carla Bruni, con sus ajustados vestidos las escaleras del Palacio de la Zarzuela, Centeno da la victoria a otra mujer, la del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Sonsoles Espinosa, porque optó por ser ella misma, vistiendo un sencillo pantalón y top negro y una chaqueta de manga francesa.
Mujeres y moda. Un tópico que no deja de analizarse ni siquiera, cuando alcanzan las máximas cotas de poder.
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