El pequeño Dominic Gundrum nació con una malformación en su cara. Durante su desarrollo prenatal, su cráneo no se fusionó correctamente y parte del líquido cerebral se desvió hasta su labio superior lo que formó debajo de la piel una burbuja del tamaño de una pelota de golf.
Un caso poco frecuente que se conoce con el nombre de encefalocele, una enfermedad congénita rara.
El futuro de Dominic Gundrum antes de nacer no estaba nada claro. Según recoge Fox News, Mary y Mark, los padres del bebé, se enteraron de la malformación durante la ecografía de las 20 semanas.
María y Mark recuerdan como la ecografía, con la que esperaban enterarse del sexo de su bebé, les mostró mucho más de lo que esperaban. María añade que les dijeron que el bebé probablemente moriría antes de nacer.
Un pronóstico que mejoró con el tiempo pero marcado por la incertidumbre. El padre de Dominic cuenta como nadie tenía ni idea de lo que le podía suceder una vez que el niño viniera al mundo.
Finalmente, a pesar de la adversidad abrumadora, Dominic nació sin complicaciones pero con una malformación en su rostro.
Durante su desarrollo prenatal, su cráneo no se fusionó correctamente y parte del líquido cerebral se desvió hasta su labio superior lo que formó debajo de la piel u na burbuja del tamaño de una pelota de golf.
Dominic presentaba un caso poco frecuente conocido con el nombre de encefalocele, una enfermedad congénita grave pero conocida para los doctores John Meara y Ed Smith, cirujanos del ‘Boston Children’s Hospital’ que junto a un equipo de quince médicos, especialistas y personal del hospital operaron a Dominic.
Tras ocho horas, los expertos fueron capaces de extraer parte del cráneo del bebé y el encefalocele.
La operación fue un éxito y ahora Dominic se muestra recuperado. Sus padres, tremendamente agradecidos, esperan que crezca fuerte y sano aunque no olvidan que en un futuro el pequeño puede experimentar algún problema derivado de su malformación inicial.
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