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ulius Stewart y Angie Lee Burnham fueron amigos en la infancia. Después, cada uno hizo su vida y se casó.
Pero sus respectivos cónyuges fallecieron muy jóvenes y de causas poco comunes. La esposa de Julius murió intoxicada por una fuga de gas y el marido de Angie durante un ataque de un submarino alemán.
Los viejos amigos se reencontraron y contrajeron matrimonio poco después de la Segunda Guerra Mundial. Estuvieron casados durante 64 años, hasta su muerte, con un día de diferencia uno de la otra.
Stewart, quien tenía 90 años, falleció el sábado 24 de octubre. Su esposa, de 92, murió el domingo 25.
"Creo que ellos decidieron que su destino era seguir juntos", dijo su hijo Lee Stewart. "Cada uno de ellos adivinaba prácticamente lo que el otro iba a hacer o a decir. Era como un tipo de comunicación poco frecuente".
Ambos se conocieron de niños en Nueva Orleáns. Los dos seguían la religión luterana y nunca bebieron alcohol. De joven, Julius regresó de su trabajo de maquinista a casa y encontró muertos a su esposa, su hijo y su suegra. Las autoridades atribuyeron los decesos a asfixia por una fuga de gas.
Se enroló en el Ejército, y vio más muerte en Francia y Alemania.
"El vio a muchas personas muertas a su lado, entre los enemigos y por todas partes", dijo Ken Herman, hijastro de Stewart.
Julius tenía al menos algo que lo alentaba. Las cartas de Angie Lee, su amiga de la infancia.
Ella también había sufrido. El 27 de febrero de 1942, un submarino hundió el buque R.P. Resor de la Marina Mercante frente a las costas de Nueva Jersey, matando a la mayoría de la tripulación, incluido su marido.
El intercambio de misivas se intensificó. Cuando Stewart volvió de la guerra, la decisión del matrimonio estaba prácticamente tomada. Se casaron en 1945 y se mudaron a Memphis. Stewart se convirtió en padrastro del hijo de Angie Lee, de ocho años, y luego la pareja tuvo otro hijo.
Como padres, los Stewart enfrentaban sus pérdidas como una parte ineludible de la vida.
"Estaban contentos con la vida que tenían", dijo Herman, de 72 años. "Nunca se quejaban, pero por dentro, seguramente recordaban los hechos trágicos que vivieron".
Eran distintos. Julius era mucho más alto que su esposa de 1,54 metros de estatura. A él le gustaban las herramientas y las refacciones de maquinaria, objetos que tenía organizados en un cobertizo del traspatio, que siempre estaba arreglando.
Ella pintaba, principalmente paisajes y molinos de agua, y llenaba la casa con sus réplicas de antiguas muñecas de porcelana.
Sin embargo, también compartían algunos gustos, como los viajes en automóvil y los juegos de canasta que comenzaban después de la cena y duraban horas. Aunque ninguno era melómano, ambos apoyaron el que Ken tomara lecciones de música, y no veían con malos ojos a sus amigos adolescentes, la mayoría de los cuales alcanzó la fama.
"Johnny Cash, Carl Perkins, Roy Orbison, Charlie Rich, Elvis, todos ellos. Mamá los conocía a todos y papá también", dijo Herman, quien es productor de discos.
Stewart se retiró después de 20 años de laborar para General Electric, donde había trabajado en la fabricación de luces para árboles navideños. La jubilación siguió a una discapacidad relacionada con el trabajo.
Su esposa laboró en Sears como gerente regional de crédito, hasta comienzos de la década de 1980.
Tras su retiro, se dedicó más a pintar. El hacía los marcos para sus obras.
"Ellos no hablaban mucho de sus sentimientos", dijo Lee Stewart, de 62 años. "Pero uno sabía que éstos existían".
La pareja se mudó a la cabaña del siglo XIX de Herman, en Saint Pete Beach, en el 2002. Angie Lee pintaba e invitaba a los vecinos a ver su colección de muñecas.
La demencia senil de Angie Lee empeoró hace un par de años, y su marido la cuidó. Pero también la salud de Julius se fue deteriorando.
Como ocurre en muchas familias, los hijos le plantearon una pregunta a Stewart: ?Qué pensaba de que su mujer fuera a un asilo o de que una enfermera viviera con ambos para cuidarlos?
"El dijo, 'miren, hace 64 años, se me preguntó si la cuidaría a ella en la salud y en la enfermedad, yo dije que sí, y lo sigo haciendo'. Entonces yo guardé silencio", añadió Herman.
La señora Stewart sufrió una caída hace un mes. Se le sometió a una cirugía de cadera en el Hospital Edward White, pero no mejoró. Su condición siguió empeorando en el Hospital Kindred.
Su marido preguntaba por ella todos los días. Sus hijos vacilaban en responder. "Nunca le dijimos directamente que ella no sobreviviría, pero creo que él lo presentía", dijo Lee Stewart.
Poco después de que Angie Lee fue llevada a la clínica Woodside para enfermos terminales, Julius dijo que él también necesitaba internarse. Los médicos en el Hospital Palms de Pasadena no podían encontrar cuál era su problema.
Regresó dos veces, al sentirse adormecido y con poco apetito. Para el jueves, no pudo más y falleció el sábado a las 2:00 después de una cirugía para insertarle una sonda de alimentación. La señora Stewart murió el domingo a las 23:00.
"El sabía que mamá se iría", dijo Herman. "No iba a quedarse si ella no vivía. Ella dijo, 'él se está preparando y yo también"'
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