El Gobierno de Estados Unidos canceló el viernes el proyecto de “muro virtual” que buscaba mejorar la vigilancia en partes de la frontera del país norteamericano con México, y lo reemplazará con otras medidas de seguridad.
El proyecto, que comenzó en el 2006 y fue administrado por Boeing Co, ha costado hasta el momento alrededor de 1.000 millones de dólares y fue diseñado para reunir tecnologías de cámaras, sensores y radares para detectar a quienes intentan cruzar la porosa frontera de forma ilegal.
La secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano dijo que en lugar del proyecto se usarán sistemas de vigilancia disponibles en el mercado, naves no pilotadas, imágenes térmicas y otros equipos, después de sugerencias clave hechas por críticos al programa Boeing SBInet.
“Esta nueva estrategia está hecha a medida para las necesidades únicas de cada región fronteriza, brindando un despliegue más rápido de la tecnología, mejor cobertura y un equilibrio más efectivo entre costo y capacidad”, afirmó en un comunicado.
FRACASÓ
El proyecto SBInet ha enfrentado reveses, no superó sus plazos y sus costos se excedieron. El fruto del proyecto había estado en duda por un tiempo, después de afrontar críticas de legisladores demócratas y republicanos, e incluso por parte de Napolitano.
“El sistema SBInet no es el sistema adecuado para todas las áreas de la frontera y no es el enfoque más efectivo para asegurar la frontera”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional en su análisis del proyecto.
La firma Boeing dijo en un comunicado que estaba satisfecha de que el organismo planee continuar utilizando las torres de vigilancia ya construidas y que “continúa comprometida con proveer soluciones valiosas y apoyando al Departamento”.
Una evaluación del programa de Boeing dado a conocer por el Departamento de Seguridad Nacional encontró que se han gastado 1.000 millones de dólares sólo para cubrir la seguridad en 85 kilómetros de la zona limítrofe de Arizona.
El nuevo esquema debería costar menos de 750 millones de dólares y abarcará el resto de la frontera en el estado, unos 520 kilómetros, sostuvo el Gobierno estadounidense. El proyecto había estado en revisión desde hacía un tiempo.
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