La semana pasada saltó una alerta sobre la existencia de un virus que habría infectado cientos de miles de páginas web. Se le llamó Lizamoon. El programa maligno inyectaba en los sitios víctimas del ataque un código que redirigía al visitante hacia falsas páginas de seguridad sobre Windows, una de ellas era Lizamoon, donde se pedía al internauta sus datos para proceder al limpiado de la máquina.
Obviamente eran páginas fraudulentas cuyo objetivo era apropiarse de los datos personales. Se han detectado una veintena. Sin embargo, a pesar de la teórica envergadura del ataque, ayer la BBC informaba de que se han detectado pocas víctimas del mismo.
Google reportó que cuatro millones de sitios albergaban enlaces a las páginas contaminantes. Pero los efectos han sido mínimos, en parte porque la mayoría de sitios vulnerables al ataque tenían escaso tráfico, y también por el bloqueo rápido de muchos de ellos.
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