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07 junio, 2011

Comer lento evita el sobrepeso

¿Cuántas veces, motivado por el hambre, ha terminado alguna comida en escasos minutos? Para el nutricionista Arnaldo Hurtado, comer rápido es un hábito adquirido, relacionado a las personas ansiosas y que condiciona a comer en exceso y a ganar peso.

Y es que, señala Hurtado, el estómago fabrica la grelina, conocida como hormona del hambre. Esta hace que nuestro cerebro envíe una señal de hambre y, por ende, la necesidad de comer. “Muchas veces asumimos esa necesidad con ansiedad. Ello nos lleva a comer rápido y cuando nos damos cuenta, no solo estamos llenos, sino que hemos comido demasiado”.

Además de la grelina, la presencia de ácido clorhídrico en el estómago también otorga la sensación de hambre en el cerebro. “Con solo pensar en los alimentos secretamos ácido clorhídrico”, precisa Hurtado.

Cuando se come rápido no se da tiempo al cerebro para que frene la sensación de hambre, sostiene el especialista. Y es que la señal de saciedad tarda cerca de 15 minutos en llegar al cerebro; si comemos rápido, podemos seguir comiendo pasado el punto en que estamos satisfechos.

En cambio, si comemos despacio, tendremos el tiempo suficiente para darnos cuenta de que estamos satisfechos y hemos saciado el hambre. “No masticar bien los alimentos puede ocasionar problemas estomacales, incluso dentarios”, precisa.

Recuerde que la digestión comienza en la boca; si mastica bien, el estómago trabajará mejor, pues facilitará su trabajo y reducirá los problemas digestivos.

Una pequeña cantidad de comida bien masticada y digerida asegura mayor fuerza y nutrientes que mucha comida mal digerida, recuerda el nutricionista.

¿QUÉ HACER?
Además de masticar mayor número de veces, es adecuado cortar los alimentos en pequeñas porciones y hacer pausas entre bocado y bocado.

Muchas veces las personas que comen rápido ingieren los alimentos demasiado calientes, por ello procure esperar que la comida se enfríe un poco.

Demórese, al menos, entre 15 a 20 minutos para consumir las comidas principales.

Busque el espacio ideal para almorzar o cenar tranquilo. Evite hacer otras cosas a la vez como ver televisión o leer.

Deje los utensilios sobre la mesa después de cada bocado y tome agua entre estos.

MASTIQUE BIEN CADA BOCADO
Magdalena Mosqueira, nutricionista de Avantari, señaló que “masticar adecuadamente permite triturar los alimentos, mezclarlos con las enzimas salivales y convertirlos en bolo alimenticio, evitando cuadros de indigestión, dolor estomacal y emisión de gases”.

“El sabor, color, olor y textura de los alimentos son informaciones valiosas para el organismo, pues activan determinados órganos de secreción interna. Las papilas gustativas son sensores de información que registran las características nutricionales de cada alimento”, indicó.

Finalmente, dijo que “es conveniente que la comida permanezca en la boca el tiempo necesario; por ejemplo, masticar entre 15 a 20 veces. De esta forma, la sensación de plenitud se alcanzará más rápido”.



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