Kevin Systrom juega bien sus cartas. Ayer, en la conferencia South by Southwest Interactive, que se celebra esta semana en Austin (Texas, Estados Unidos) con la crème de la crèmetecnológica en el escenario, mostró orgulloso la versión beta de Instagram en su Samsung Nexus. Y dijo que la esperada versión Android de la aplicación para compartir fotografías es “incluso mejor que la de iPhone, en algunos aspectos”. Pero no hizo ninguna demostración.
Tampoco aclaró los rumores que apuntan que la compañía acaba de levantar 40 millones y podría estar valorada en 500. “Las buenas compañías siempre están buscando financiación”, declaró ante una reportera de Techcrunch. Pero no fue más allá. Ninguna pista sobre el modelo de negocio. Sólo un dato: Instagram ya tiene más de 27 millones de usuarios.
Una cifra de bulto que refleja el entusiasmo de los usuarios y suscita atención pero que, de momento, no parece traducirse en ingresos, pues la plataforma no incluye publicidad ni vende productos. Mike Krieger, cofundador de la compañía, tampoco soltó prenda al respecto. Solo insistió en que Instagram está creciendo más rápido que nadie y en que los chicos de Android están “bastante impresionados” con la nueva versión, que se ha hecho esperar más de 18 meses.
Un tiempo prudencial y estratégico, según Phil González. El creador de la comunidad Instagramers considera que “Instagram ha seguido el camino correcto”. “Centrarse en el sistema operativo de Apple es mucho más viral y permite tener mayor visibilidad en medios. Vende mucho más tener un millón de descargas en iPhone que en Android, por mucho que les pese a los usuarios de este sistema operativo, que son muchos más”, asegura el experto aLaVanguardia.com.
“Los desarrolladores de apps empiezan por iPhone porque luce mucho más. Además, es mejor centrarse en un solo sistema operativo que guerrear en varios frentes a la vez. Y más teniendo en cuenta que hasta hace poco en Instagram sólo eran 5 o 6 personas”, insiste. “Ahora que han conseguido ser App del año 2011 en Apple ya pueden abrirse a otro sistema. La versión Android va a suponer un empuje en términos de usuarios y de cobertura de la app: más países, más millones de usuarios”.
Que este crecimiento se traduzca en negocio es arena de otro costal. Para González, Instagram podría implementar fácilmente algún servicio premium in-app (dentro de la app), ya que probablemente sus usuarios estarían dispuestos a pagar por él. Pero ahora mismo la prioridad, dice, no es rentabilizar la aplicación sino “seguir implantándose como referencia en otros sistemas operativos y en otros países antes de que salgan réplicas para convertirse en LA solución -con mayúsculas- para compartir fotos a través del móvil”.
Y es que, para el creador de Instagramers, el futuro de la app “no está ni en el entretenimiento ni en descubrir a nuevos artistas” sino en su valor como complemento de Twitter. “Instagram se está convirtiendo en una plataforma global de información gráfica”, concluye.
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