La ONU plantea en este período de incertidumbre, a través de un informe, cuáles son los trabajos más sostenibles, los que contribuyen a salir de la pobreza y a su vez a proteger el medio ambiente y el ecosistema que nos rodea. No son empleos utópicos ni falsas esperanzas de un mercado laboral irreal. Son apuestas creíbles a las que se suman cada vez más jóvenes universitarios con ganas de hacerlo diferente, con formación en distintas ramas del conocimiento y, sobre todo, con visión más amplia del contexto actual. Y no solo son los jóvenes, también los que se han quedado en el paro y han aprovechado arriesgando para reciclarse.
Hay una lista de diez trabajos que crean capital y no condenan el compromiso verde del planeta. No en todas hace falta haber cursado una carrera y dos máster. En ocasiones, algunos empleos requieren de ganas y de acumular bagaje, la experiencia de la tierra. Entre ellos, se encuentra el de granjero orgánico: el aumento constatado de los productos derivados del campo, naturales y orgánicos, pueden ayudarnos a llevar a cabo esa idea empresarial de montar una explotación ganadera o agrícola o bien trabajar en ella. Igual nos llama más la atención el reciclaje y nos pasamos al empleo de reciclador de desechos metálicos y plásticos.
También el ecoturismo es una opción en alza. Abrir un hotel rural, ofrecer un tour ecológico aprovechando para enseñar las bondades de los espacios naturales y el respeto a través de su concimiento es una de las profesiones más demandadas de quienes deciden romper con todo.
Pero si hablamos de profesiones sostenibles, hay que destacar la de hidrólogo: conocer el agua, un bien escaso, y aplicar lo conocimientos en la matera puede llevar a evitar que la sociedad desperdicie este recurso. Ahora bien, podemos optar también por formarnos como administradores de la vida silvestre para proteger y administrar los recursos animales de forma que sean sostenibles.
¿Cuántos veces hemos denunciado que las grandes compañías y las empresas contaminan? Para evitarlo y tener controlado el manejo correcto de recursos y mitigar el impacto ambiental de las empresas existe un puesto en la administración sustentable o sostenible. Y muy relacionado con él, se encuentra el planificador urbano: el desarrollo urbano es uno de los primeros puntos para la convivencia social y la evolución industrial en armonía con el medio ambiente. En otras palabras, evitar desmanes ecológicos es posible con esta profesión.
El resto de esta corta lista de diez empleos se escribe con renovables en mayúsculas: desde fabricante de turbinas eólicas (Alemania se plantea abastecerse solo con energía eólica) hasta instalador de placas o paneles solares fotovoltaicos para casas de ciudad y de campo. De este modo aplicamos conocimientos tecnológicos para la creación de electricidad limpia y segura, además de gratuita. Lo mismo sucede con los jóvenes arquitectos que se han consagrado a la construcción de edificios eficientes para evitar una factura de energía muy cara y construir en armonía con el entorno que nos rodea a base de renovables.
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