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05 agosto, 2012

¿Estresado? Crean línea telefónica para desahogarse insultando al operador

La crisis está haciendo mucha mella en la población, los ciudadanos se sienten en situaciones límite, lo que les lleva a sufrir altos niveles de estrés.

Hasta tal punto llega este hartazgo, que hay gente con mucha capacidad creativa que ha visto un interesante nicho de mercado entre dichas personas. Estos emprendedores se han basado en su propia rutina diaria, llena de estrés.

Son dos empresarios alemanes (Raul Schulte y Alexander Branderburguer) los que tuvieron la idea de crear una línea telefónica para que las personas pasivo- agresivas puedan descargar toda su ira.

Sólo tienen que marcar un número de teléfono y decir todo aquello que se les pase por la cabeza a la persona que conteste. Ella está allí para soportar lo que su interlocutor quiera decir, desde insultos hasta burlas, ya que su objetivo es conseguir que la gente alivie su enfado, su hastío y su rabia, dejando que den rienda suelta a todo aquello que quieran decir.

Los expertos afirman que no es bueno reprimir los sentimientos negativos, porque cuanto más tiempo pasa la persona haciéndolo, más rabia se acumula dentro, hasta que llega un punto en que la persona explota de la peor forma, en contra de alguien o contra sí mismo.

Visto así, el nuevo modelo de negocio puede resultar efectivo; el insulto a través del teléfono podría ser una ‘buena terapia’, ya que permite el desahogo. Sentirse aliviado puede prevenir algunos tipos de úlcera y también puede ayudar a recuperar el ánimo.

La línea habilitada para que la gente se descargue ha sido bautizada como Schimpf-los (‘insultos fuera’) y tiene teleoperadores todos los días de la semana. Pero no sólo se limitan a escuchar, también han de contestar para ‘picar’ más a la persona que ha llamado, con el objetivo de conseguir que suelte todo lo que le tiene agobiado, por ejemplo: “Es la tercera vez que he oído lo mismo hoy ¿es todo lo que tenías que decir?”.

El fundador de la línea de atención telefónica, Raul Schulte, declaró que ellos “no juzgan a las personas que están enfadadas. Es algo que ocurre, es natural, con nosotros pueden desahogar su indignación sin compromisos”.

En su opinión, están haciendo un favor a las personas, ya que ofrecen una alternativa para calmar la irritación acumulada, ayudando a que ésta no se desate en el trabajo o en casa.

“Para lo que cuesta el servicio, es una ganga”, añade Schulte (cuesta 1,49 euros por minuto).



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