Muchas de nosotras nos preguntamos a diario ¿existe el príncipe azul? La respuesta es NO. No debemos dejarnos engañar por los cuentos de final feliz o las películas Disney. El hombre perfecto (la persona perfecta) no existe.
Hoy te dejamos una serie de cosas que hacen muchos hombres en el mundo y que las mujeres que compartimos la vida con ellos, detestamos.
1. Usar calzado de verano con calcetines
Quizás no lo hagáis todos y que muchos seáis de otros países pero os lo decimos alto y claro: es horrible, no importa que solo sea para un rato o durante las vacaciones ¡es todo lo contrario a un arma de seducción!
2. Descuidar las uñas de los pies
Vale que vuestros asuntos son muy importantes, pero no toso dirigís el mundo y una pedicura decente no lleva más de una hora ¡por favor, por favor, por favor! mirad alguna vez las uñas de vuestros pies porque ¿sabéis que están ahí, no?
3. Ropa interior descuidada (gomas dadas de sí, agujeritos)
Si el presupuesto para ropa interior no alcanza igual unas cervecitas menos al año os servía para dos cosas: comprar ropa interior nueva y perder la barriguita ¿no os parece un estupendo 2 x1?
No nos vamos a poner demasiado exigentes con el diseño ni con el color, los gustos son como los ombligos, cada quien tiene uno diferente pero que esté prolijita. Si se rompe ¡hace falta otra!
4. Cejas demasiado manipuladas o como selva virgen
Los extremos son muy malos y ni nos gusta que vuestras cejas parezcan las de Angelina Jolie, ni que queden como un nido de cigüeñas. Hay una línea intermedia en la que el entrecejo queda limpio pero las cejas siguen conservando su masculinidad.
5. Acomodarse «ciertas partes» a la vista de todo el mundo
Seguro que piensas que tú no lo haces pero si te grabaran 24 horas al día verías que se te escapa involuntariamente. Alguna vez en la vida no pasa nada, pero si te sorprendes con las manos donde no debieran varias veces al día entenderás por qué no es una costumbre que nos resulte agradable, aunque estés en tu casa, en el sofá y en confianza ¿Podrías hacerlo en privado? ¡Gracias!
6. Ese tipo de camiseta sin manga para marcar músculo
Sobre todo, si no hay músculo alguno que marcar. Os lo decimos porque os queremos, y no es una rareza mía, hay hasta grupos en Facebook contra esas camisetas y otras igualmente feas: las de escote en V. Y da igual si la pones para demostrar que eres hombre “de pelo en pecho” o para mostrar tu nuevo pectoral depilado: no nos gusta nada.
7. Pantalones que caen
Salvo que seas un rapero y ganes millones enseñando la ropa interior (que no estará rota, ver punto 3) llevar los pantalones caídos y tirar hacia arriba una y otra vez es molesto y muy poco sexy, por si no te habías dado cuenta. Si se caen por no llevar cinturón (cinto, correa) ¿por qué no te l pones? Si se cae llevándolo ¿para qué lo llevas? Son preguntas que nos dejan completamente fascinadas.
8. Memoria selectiva
No hay cumpleaños, aniversario, cita o canción romántica que puedas recordar ¿pero sabes en qué partido metió el gol número 100 tu jugado favorito? No cuela, así que cómprate una agenda, pon una alarma en tu celular o deja de decir mentiras tontas.
9. No dejar las cosas como estaban
Salvo que sea para mejorar algo, deja todo como lo encontraste: el papel higiénico con algo más que el cartón, la tapa del retrete bajada, el gel de baño o el champú cerrado, la luz apagada… lo normal. Si te afeitas y quedan pelitos ¡no se van solos ¿lo sabías?! Pues bien, una vez pasado el amor ciego (dos primeras semanas aproximadamente) ya vemos todos esos “detalles” y el amor no dura eternamente si no lo cuidamos.
10. Ruidos y sitios para hurgar
No nos hacen gracia los ruidos corporales ¡y los olores menos todavía! Tampoco nos apasiona ver cómo usáis una llave para hurgar en vuestra oreja o un palillo higiénico en los dientes (si es al revés peor todavía). Y, aunque sabemos que nadie se levanta con aliento a clorofila, es tan sencillo como un cepillado de dientes al levantarse en lugar de obsequiarnos toda la mañana con aliento de dragón, al que se suman el olor a alcohol o tabaco. Y ya sabes, a fuerza de no besar, se pierde la costumbre.
Aunque igual es que yo soy demasiado exigente ¿tú tienes algo que poner o quitar de la lista?
No hay comentarios:
Publicar un comentario