Yang Zongfu, de 32 años y originario de la ciudad de Yiwu, en la provincia oriental china de Zhejiang, una de las más prósperas de China, ha diseñado una moderna “Arca de Noé” para sobrevivir al “fin del mundo” predicho por los mayas para dentro de dos meses, con precios de hasta 5 millones de yuanes (800.000 dólares).
Puede parecer un poco cara pero la salvación es algo que no tiene precio.
De hecho el empresario chino ha recibido más de 20 pedidos y defiende que sus tecnológicas “arcas” son capaces de resistir al apocalipsis.
Lo malo es que, quien no pueda comprar una de sus arcas no podrá saber si esa afirmación es cierta.
Para quienes sí tengan el dinero y se decidan a adquirir una de estas modernas arcas, este inventor dice que cada modelo puede diseñarse, en su interior, a gusto del consumidor.
Pero Yang también ha pensado en las otras personas que no puedan comprar su arca particular y anunció la creación de “Atlantis”, un arca gigante capaz de resistir al fin del mundo.
El arca de Yang es una esfera con un diámetro de cuatro metros y seis toneladas de peso presentada a principios de agosto después de haber comprobado que resistía la caída desde una montaña de 50 metros de alto y lograr que aterrizara sin problemas en el agua, a orillas de la montaña, en la citada localidad de Yiwu.
Dice que tardó dos años en construirla a un coste de 1,5 millones de yuanes (240.000 dólares) e indicó que la esfera cuenta con un asiento seguro y sistemas de observación y ventilación con facilidades diseñadas para evitar desastres, radiación, y temperaturas altas. Un lujo, sin duda, para asistir al fin del mundo cómodamente, como el viejo Noé.
Yang posee 300 patentes nacionales por invenciones y en 2008 fue recibido por el primer ministro chino Wen Jiabao tras inventar un equipo quitanieves.
Como se ve, este inventor también ha empleado el resto de su existencia en este valle de lágrimas en hacer más fácil la vida de sus congéneres, pero ahora se ha superado a sí mismo convirtiéndose en el salvador de la humanidad.
Lo que no se sabe es si Yang también recibió el encargo directamente a través de una revelación, si fue el propio primer ministro chino quien le dio la orden o se le ocurrió a él, un día que vio una película sobre el apocalipsis.
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