Los recientes descubrimientos arqueológicos deducen que los mayas no lograron sobrevivir en unidad a largos periodos de sequías en sus territorios.
No hay imperio que dure mil años. Pueden acercarse, pueden sobrepasarlo pero hasta ahora no se ha visto esto en una potencia dominando un vasto territorio y manteniendo en paz a miles de habitantes.
Las guerras, la falta para suplir las necesidades básicas de los habitantes y los cambios climáticos son factores internos y externos que socavan la viabilidad de los grandes imperios.
Recientes estudios del Dr. James Baldini de la Universidad de Durham respaldan esta teoría, al encontrar que la caída del imperio maya se debió a un larguísimo periodo de sequía al que no pudieron adaptarse.
El colapso de la civilización maya sucedió entre los años 800 d.C y 1100, donde el imperio quedo desperdigado en pequeños grupos que nunca volvieron a su antigua gloria.
La evidencia de estos periodos de sequía fueron encontrados en estalagmitas de cuevas enBalum Yok en el país de Belice. Al encontrar marcas de sequías, a los cuales se suman el conocimiento de intensas guerras generadas por la hambruna y la desesperación generalizada, habría sido la razón para la caída del pueblo maya.
El arqueólogo encargado de la investigación, Dr. Baldini habla sobre los recientes descubrimientos:
El ascenso y la caída de la civilización maya es un ejemplo de cómo una sofisticada civilización no logró adaptarse con éxito al cambio climático.
Tal vez todas sus profecías sean el testimonio de su propia caída, un tipo de llamado a las futuras generaciones que somos nosotros y al destino que confiere a la humanidad frente a los cambios climáticos y las guerras.
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