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13 diciembre, 2012

El cadáver que cayo del cielo

La noticia sobresaltó hace ya tres meses a los residentes del londinense barrio de Mortlake, situado al oeste de la ciudad, muy cerca del aeropuerto de Heathrow. 

Un hombre de unos 30 años yacía muerto en el suelo, completamente ensangrentado.

Las primeras hipótesis de la Policía defendían que se trataba de un polizón que viajaba en el tren de aterrizaje de un avión, ya que la calle en la que fue encontrado estaba en la trayectoria que siguen estos hacia el aeropuerto, sin embargo, no han sido capaces de demostrarlo, ni conseguir detalles adicionales de cómo murió o de quién era.

Los agentes creen que el hombre provenía de África, probablemente de Angola tras encontrar en sus bolsillos divisas del país, pero no han podido llegar más lejos. Su identidad sigue siendo desconocida, a pesar de las pesquisas realizadas por los investigadores.

La única pista fiable para determinar su nacionalidad es que se comprobó que en el mismo momento en que había sido encontrado su cuerpo, había aterrizado un avión proveniente de Angola en Heathrow, pero el hecho de que no llevase ningún tipo de documentación ha imposibilitado conseguir más avances.

La Policía movilizó todas las armas a su alcance para conseguir poner nombre a la víctima. Pidió ayuda a los ciudadanos para identificar al hombre sobre la base de una imagen de la cara y una foto de un tatuaje en su brazo izquierdo. El tatuaje mostraba las letras "Z'' y" G'' en tinta en su parte superior del brazo, con una línea horizontal a través de la Z.

No se quedaron ahí, en colaboración con las autoridades angoleñas, intentaron dar respuesta a todas las preguntas. Pero todo fue en vano. Incluso un portavoz de la policía apuntó a las evidencias “circunstaciales” para vincularle con ese país, dejando claro que podía provenir de cualquier sitio.

Finalmente, un comunicado de la Policía revelaba la poca información que había podido recabar, apenas algunos detalles sobre la edad y la vestimenta de la víctima: El hombre, de entre 20 y 30 años y de nacionalidad africana probablemente, llevaba pantalones vaqueros, zapatillas de deportes blancas y una sudadera gris cuando fue encontrado. Nada más se ha sabido.

Las razones de cómo murió y quién era seguirán siendo desconocidas, a menos que alguien logre dar una pista fiable. El hombre que cayó desde el cielo londinense sigue sin tener nombre.

Retrato robot difundido por la Policía de la víctima (AP/Metropolitan Police).

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