El gobierno de Estados Unidos planea crear una gigantesca y potente red WiFi libre de costo que abarque todo el país, incluidas las zonas más remotas, lo que ha puesto en pie de guerra a la industria de las telecomunicaciones, que se verían perjudicadas de llegar a materializarse esta idea.
El plan fue elaborado por Julius Genachowsky, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la agencia federal que vigila sobre las comunicaciones, y sometido a los cinco miembros de la comisión.
Deberán pasar años antes de que se haga operativo, siempre y cuando sea aprobado, pero las perspectivas serían epocales, ya que la "super-red" permitiría a todos los consumidores estadounidenses disponer de acceso a internet sin tener que preocuparse de pagar una factura a fin de mes.
La propuesta, de la que dio noticia hoy el diario The Washington Post, puso nerviosa a la industria de las telecomunicaciones que ha montado una campaña de "lobby" para convencer a los políticos a reconsiderar la idea.
Grupos de presión contrarios, en cambio, han sido movilizados por gigantes del high-tech cho Google y Microsoft, que ven con buenos ojos la idea, convencidos del gran potencial de la red libre.
Google ya lanzó una iniciativa semejante en algunas partes de Silicon Valley y en Nueva York, en el barrio de Chelsea, en una zona trendy llena de galerías de arte y oficinas hight-tech, pero también con varias escuelas públicas y un complejo de casas populares, que pronto se convertirá en la más vasta "zona franca", en lo que se refiere a Internet, de la Gran Manzana.
Las ondas que la FCC querría poner a disposición del público estadounidense serían mucho más potentes que las redes WiFi existentes, de uso común ya en las casas. Estas súper WiFi serían capaces de atravesar muros de hormigón y de viajar a través de colinas y bosques.
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