La higiene corporal es fundamental para la salud humana, pero ¿hasta qué punto? Los expertos aseguran que el exceso de limpieza puede ser perjudicial para la salud, especialmente en la infancia. Así que… higiene corporal, ¡solo la necesaria!
El contar con agua potable en forma instantánea es un lujo de los tiempos modernos, y tener la posibilidad de lavarse diariamente ha sido un factor importante para terminar con muchas enfermedades infecciosas. Pero si la falta de higiene corporal favorece las infecciones, su exceso también puede tener efectos no deseados.
He aquí algunos consejos a tener en cuenta, brindados por el doctor Jorge Pamplona Roger para obtener una higiene saludable:
Es bueno tomar al menos una ducha al día, pero el uso de jabón o gel debe ser moderado, es decir, no usarlos más de una vez al día. Un exceso de jabón o gel elimina el manto graso protector de la piel, que así tiende a resecarse.
Hay partes del cuerpo que deben lavarse más a menudo, tales como cara, axilas, ingles y órganos genitales, ano (después de cada deposición), manos y pies. En el caso de los genitales femeninos, debe evitarse el uso de gel o jabón corrientes, porque alteran la acidez esencial de la vagina y favorecen infecciones.
Por supuesto que muchos se podrán preguntar: ¿y el olor corporal? Todos los cuerpos, aún limpios, desprenden cierto olor. Por eso, el uso excesivo de desodorantes o antitraspirantes puede resultar perjudicial. Cuando ese olor es desagradable, obviamente se debe recurrir a un elemento que lo aminore.
Las causas más frecuentes de mal olor corporal son: una higiene deficiente de la piel que permite la proliferación de algunas bacterias en las zonas húmedas (ingles o axilas), beber alcohol o fumar, algunos medicamentos, enfermedades de hígado o riñones.
Para evitarlo, es conveniente ducharse a menudo, usando un jabón antibacteriano; aplicar vinagre de manzana en las axilas para frenar el crecimiento de las bacterias productoras de olor y depilarlas; usar talco en axilas, ingles, bajo las mamas u otras zonas húmedas; usar ropa interior de algodón y cambiarla a diario. La alimentación también tiene mucho que ver en esto, por lo que es recomendable evitar la carne y las especias de sabor fuerte, así como ciertos dulces.
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