En un futuro próximo los policías de Brasil serán equipados con un dispositivo que les permitirá detectar a personas potencialmente peligrosas en lugares de acumulación masiva de gente. Se trata de una cámara de reconocimiento montada en las gafas que les hará parecerse a RoboCop, el famoso protagonista de la película del mismo nombre.
La cámara, que escanea cerca de 400 caras por segundo a una distancia máxima de 45 metros, es capaz de analizar alrededor de 46.000 parámetros biométricos. No obstante, las características del escaneo pueden ser modificadas: disminuyendo la cantidad de operaciones por segundo el alcance de la cámara aumenta hasta 20 kilómetros.
Los datos reunidos se mandan a un centro de procesamiento de información, una especie de base de datos de delincuentes donde se analizará el material y se dará una resolución sobre los datos recibidos. Si los parámetros enviados coinciden con las características de un criminal incluido en la base de datos, el servidor mandará la señal correspondiente y los lentes iluminarán con rojo al individuo sospechoso.
El dispositivo será una nueva e imprescindible 'arma' de la policía brasileña en 2014, año en el que se celebra en el país latinoamericano el Mundial de Fútbol y, más tarde, en 2016, cuando Brasil acoge los Juegos Olímpicos. Próximamente los guardianes del orden público de Río de Janeiro y São Paulo podrán probar el invento en condiciones reales durante grandes conciertos y partidos de fútbol.
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