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13 julio, 2011

Cómo detectar un lunar maligno

Todos tenemos algún que otro lunar característico en el rostro o en el cuerpo. Según donde estén ubicados, los lunares pueden ser sexies, atractivos y darnos personalidad. Sin embargo, debemos tenerlos bien vigilados porque los lunares también pueden enfermarse y dar lugar al melanoma, una de las formas más peligrosas del cáncer de piel.

Si tenemos lunares en nuestro cuerpo y además vivimos en un clima caluroso, nos bronceamos en exceso y vamos a cama solar, las posibilidades de desarrollar lunares malignos -y por tanto, contraer cáncer de piel- son más altas. Como siempre es mejor prevenir que curar, debemos observar con atención nuestros lunares para asegurarnos que no exista ninguna anomalía.

Nadie mejor que tú sabe si un lunar ha sido igual durante toda la vida o si ha cambiado en el último tiempo. Revisa ahora mismo tus lunares teniendo en cuenta el ABCD que, de la mano de DivaVillage, te enseñamos a continuación: son los pasos claves para saber cómo detectar un lunar maligno.

Asimetría. Los lunares sanos conservan siempre el mismo tamaño. Si notas que cambian su tamaño o su forma, por ejemplo, si una mitad no es igual a la hora en color, grosor o tamaño, es que hay un problema.



Bordes irregulares. Un lunar maligno se caracteriza por bordes ásperos, irregulares, poco definidos.



Color. Fijarnos en el color es otra manera de detectar un lunar maligno. Los lunares sanos tienen una pigmentación uniforme. Si, en cambio, descubres que un mismo lunar posee varios tonos de beige, marrón o negro, e incluso rojo, blanco o azul, posiblemente se trate de un lunar maligno.



Diámetro. Los lunares malos suelen tener más de 6mm de diámetro, cuando ya están desarrollados. Si los descubres a tiempo, pueden ser más pequeños.



Si notas que tus lunares han cambiado de aspecto, sientes picazón o, incluso, tienes sangrado consulta enseguida con tu médico.


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