Una ley francesa que prohíbe rezar en las calles entró en vigencia este viernes, por lo que miles de musulmanes en el norte de París armaron un improvisado sitio de oraciones en un cuartel de una brigada de bomberos en desuso, irritando a una pequeña pero ruidosa minoría.
La restricción puso de relieve los problemas que enfrenta Francia para asimilar a su comunidad musulmana de 5 millones de personas, que no cuenta con un espacio para rezar.
La medida se implementó luego de una prolongada controversia, avivada por la líder de extrema derecha Marine Le Pen, en torno a los musulmanes que son obligados a extender sus alfombras para rezar en las calles de las grandes ciudades, describiendo el fenómeno como una “invasión”.
POLICÍA USARÁ LA FUERZA PARA HACER CUMPLIR LA NUEVA LEY
El ministro del Interior, Claude Gueant, derivó a los musulmanes de París a espacios temporales que se habilitaron a la espera de la construcción de un lugar apto para las oraciones. Además advirtió que la policía usará la fuerza para hacer cumplir la nueva directiva si fuera necesario.
Siete meses antes de la elección presidencial, la prohibición fue percibida por algunos en Francia como un intento de atraer a los simpatizantes de extrema derecha al campo del presidente Nicolas Sarkozy de centroderecha.
“Es Marine Le Pen la que inició todo esto”, dijo una mujer que se identificó como Assya cuando se dirigía al viejo cuartel de bomberos en las afueras de la capital francesa. “Ahora el Gobierno ha prohibido las oraciones en la calle para poder sumar votos del (partido) Frente Nacional (de extrema derecha); eso es todo”, agregó.
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