Jay Wornick no tenía muchas esperanzas cuando se propuso bajar de peso a petición de su esposa. El residente de Nueva York, que pesaba más de 360 libras el 1ro de enero, pensó que perdería 20 o 30 máximo y luego volvería a recuperarlas. Pero ese no fue el caso... por mucho.
En apenas 10 meses ha perdido cerca de 200 lb. Ahora pesa 168 lb y está adaptándose a su nueva vida como hombre delgado.
Según un resonado blog del Syracuse.com, Wornick aún no puede evitar revisar los banquetas de los restaurantes para ver si cabe en ellas, pese a que ahora el espacio abierto le sobra. También se sorprende cuando alguien lo empuja por accidente en una multitud -algo más rutinario cuando cargaba todo ese peso extra en su cuerpo. Pero ¿cómo hizo para bajar tanto? Todo comenzó con un desafío a modo de resolución de Nuevo Año. Su esposa Angela lo retó a ver cuál de los dos podía perder el mayor porciento de peso corporal y el perdedor tendría que tatuarse el nombre del ganador en su estómago. La apuesta inspiró al joven de 30 años y padre de tres niños a cambiar su régimen alimenticio.
Foto cortesía de Jay Wornick |
Antes una comida típica suya incluía un bistec de 566 gramos (20 onzas) y tres patatas, regados con varias latas de gaseosa. Ahora come fruta, vegetales y carnes magras, bebe agua y hace ejercicios seis veces a la semana.
Al final del primer mes, había perdido 40 lb. Entusiasmado, no se dio por vencido y siguió rebajando. Vale la pena notar que Jay ha tenido estos resultados sin un entrenador personal, aunque sí tuvo ayuda del club de su barrio, que califica como un "gran sistema de apoyo". Además, buscó consejos para dietas en Internet y encontró algunas del Dr. Oz, en cuyo show se presentará próximamente.
Para cumplir con su parte del trato, Angela se tatuará el nombre de Jay en la espalda. Y su esposo tiene planes similares ahora que está tan delgado el anillo de boda le queda grande y planea reemplazarlo con un tatuaje en el dedo.
Foto cortesía de Jay Wornick |
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