El experimento en el cual se usó una pequeña cápsula con una cámara y luces en su interior para tomar fotos cada tres segundo y transmitirlas a una pantalla, se llevó a cabo en el Museo de Ciencia de Londres, donde la multitud pudo ver de cerca lo que pasa en el interior del estómago de un humano.
Un hombre traga la píldora y toma un poco de agua para que esta baje con facilidad por el esófago. Unos cuantos segundos después se empieza a ver en la pantalla cómo los músculos trabajan para bajar lo que el cuerpo cree que es el bolo alimenticio.
Imágenes que podrían parecer surrealistas se ven en la pantalla que el público observa con interés. El intestino trabaja para lograr enviar la cámara hasta el estómago donde todo se ve como una caverna, allí la pequeña píldora se sumerge en jugos gástricos mientras el estómago se mueve constantemente.
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