Margarita Valencia, de 63 años, se vio obligada a regresar de Estados Unidos en donde vivió la última década. La salud de su padre desmejoró y debió volver a Medellín para acompañarlo en su enfermedad, pero como le sucede a miles de colombianos, no ha conseguido un trabajo en su profesión como ingeniera de sistemas. Por esta razón buscó la manera de trabajar como taxista aunque no confiaban mucho en ella por su falta de experiencia.
Ahora trabaja como taxista y en su tiempo libre dicta clases de ingeniería de sistemas y de inglés, lo que ha aumentado sus ingresos.
Margarita asegura que ser taxista le ayuda a tener más alumnos y que así puede ayudar a su familia en la difícil situación que vive.
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