Este raro aparato fue fabricado por la Iglesia Católica en 1880 para hacer frente a la masturbación en la adolescencia, que se consideraba un pecado grave en aquellos años.
Los chicos que se masturbaban eran culpables de “el pecado mortal de la masturbación.” No quiero imaginarme en esa época el montón de problemas que trajo este aparatito, desde infecciones o heridas y problemas en la piel, hasta el trauma psicológico de llevar eso en tus partes íntimas… además de todo, quien evita una erección espontánea y con eso en los testículos el maltrato que se harían los jóvenes.
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