Es de Reino Unido, se llama Nerina Orton, tiene 22 años y una cintura de apenas 39 centímetros de circunferencia. Y, por si eso fuera poco (a ella se lo parece), se pasa 23 horas al día con un corsé porque aspira a superar el récord Guinness de la cintura más estrecha del mundo.
Para eso tiene que llevarlo casi todo el día puesto (y ajustado) quitándoselo sólo para ducharse.
Nerina Orton, nació en Birminghan y quiere superar un récord que ostenta la estadounidense Cathie Jung.
De momento tiene un centímetro menos, la británica aspira a superar a su rival, aunque ello le cueste usar un corsé en su indumentaria de cada día, aunque para ello tenga que pasar por ese calvario.
Nerina comenzó a usar corsés a los 14 años e incluso duerme con esta prenda que, dice, la hace sentir más femenina y permite a una chica delgada resaltar sus caderas.
Por supuesto tiene más de uno en su colección, exactamente 78 corsés, valorados en más de 15.000 euros.
La joven dice: “Me encanta usarlos y nunca estaría sin uno”. Curiosamente, Nerina es estudiante de Ciencias Biomédicas de la Universidad Metropolitana de Londres y no parece que sus estudios le indiquen que eso que está haciendo pueda ser perjudicial para su salud.
Para ello realiza seis pequeñas comidas al día, y se hace un par de radiografías al año para comprobar que su cuerpo está reaccionando correctamente al corsé.
“Mis costillas se han movido, acercándose, y el médico revisa mi columna para asegurarse de que no se ha torcido. Además también comprueba que no se dañen los órganos. Nunca he tenido problemas, aparte de sentirme mareada alguna vez”.
También dice que “Reducir dos centímetros y medio me cuesta un año”.
Al menos reconoce que “Dormir con el corsé era incómodo al principio. Me sentí como si tuviera una barra alineada contra mi espalda y no me dejaba acurrucarme pero después me acostumbré y es muy cómodo”.
Como era de suponer, Nerina sufrió anorexia cuando tenía 16 años y durante un año se mantuvo con galletas y agua. Después la superó y comenzó a comer normalmente, pero le encantó tener el vientre plano, por lo que mantuvo la costumbre del corsé. Quizá los especialistas no estarían tan seguros de que Nerina haya superado ese grave problema.
Reconoce que su aspecto centra las miradas, pero no le molesta. “Estoy acostumbrada a ser el centro de la atención” y, además, “Me encanta la ropa de la época victoriana y adoro a las mujeres de cinturas delicadas de aquellos tiempos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario