Los niños pequeños que dicen mentiras a una edad más temprana tienen más posibilidades de alcanzar un buen desempeño en el futuro, aseguran investigadores. El proceso cerebral de mentir es un indicador de la inteligencia de los niños.
Los complejos procesos cerebrales involucrados en la formulación de una mentira son un indicador de la inteligencia de los niños, explicaron.
Un estudio canadiense de 1.200 niños de 2 a 17 años indica que aquellos que son capaces de mentir han alcanzado una fase de desarrollo importante.
Sólo una quinta parte de los pequeños de 2 años fueron capaces de mentir. Pero a los cuatro años el 90% era capaz de mentir, según el estudio.
La tasa se incrementa con la edad hasta alcanzar un pico a los 12 años.
El director del Instituto de Estudios sobre el Niño en la Universidad de Toronto, el doctor Kang Lee, dijo: “Los padres no deben alarmarse si su hijo dice una mentira. Sus hijos no van a llegar a ser mentirosos patológicos. Casi todos los niños mienten”.
Kang Lee, director del Instituto de Estudios sobre el Niño en la Universidad de Toronto
El doctor probó la honestidad de los niños diciéndoles que no echen un vistazo a un juguete colocado a sus espaldas, tras lo cual él salía de la habitación.
A continuación, hacía un seguimiento de sus reacciones por video y volvía para preguntarles si habían cumplido con lo solicitado, para luego contrastar sus respuestas con la grabación.
“(Mentir) es una señal de que han llegado a un nuevo mojón en el desarrollo. Los que tienen un mejor desarrollo cognitivo mienten porque pueden cubrir sus huellas”, agregó.
Esto se debe a que han desarrollado la capacidad de llevar a cabo un acto de malabarismo complejo que consiste en mantener la verdad en la parte posterior de sus cerebros.
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