La desertora Zenaida Rueda cuenta en la publicación las intimidades de los jefes guerrilleros, incluyendo dramas pasionales de tipo homosexual.
Una ex integrante de la guerrilla colombiana de las FARC revela en un libro que quien fuera el fundador y máximo jefe de ese grupo, alias “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”, tuvo un hijo enano y permanecía acompañado por tres perros que recibían cuidados especiales.Las intimidades de los jefes guerrilleros, que incluyen dramas pasionales de tipo homosexual, son relatadas por la desertora Zenaida Rueda, de 36 años, en su libro “Conversaciones de una guerrillera”, editado por Planeta, según informa hoy el diario “El Tiempo” de Bogotá en su versión en Internet.Rueda, que hace un año desertó para ayudar a escapar a un ingeniero que estuvo secuestrado durante 22 meses, habla en el libro de los consejos de guerra, de los fusilamientos y de los abortos en mujeres que tenían hasta siete meses de embarazo.Sin embargo, el diario señala que lo más novedoso del libro es la revelación sobre intimidades de algunos de los principales jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).LA GUERRILLA POR DENTROLa ex guerrillera afirma que “Tirofijo”, cuyo nombre verdadero era Pedro Antonio Marín y murió por un problema cardíaco en marzo de 2008, tuvo un hijo enano al que identifica como “Rigo”.“Rigo tenía 23 años cuando lo conocí (...) era muy inteligente. Hablaba perfectamente inglés y le habían encomendado la misión de monitorear las conversaciones de los pilotos de los aviones bombarderos y de los aviones “fantasmas””, dijo Rueda.“Con “Rigo” tuve gran empatía. Al principio estaba aterrada de verlo. Nunca en mi vida había visto un enano. “Rigo” tenía su camuflado y botas de caucho. Le habían hecho un chaleco pequeñito y cargaba un morral con hamaca, sábana, dos mudas de ropa y una pistolita Pietro Beretta, aunque nunca lo vi disparar”, agregó.Asimismo, la ex integrante de las FARC dice que “Tirofijo” tenía tres perros salchicha que cuidaba “mejor que si fueran guerrilleros”.“A veces los llevaba a las caminatas y a los guardias de “Marulanda” les tocaba cargarles el alimento. Les daban gaseosa con galletas. Por la noche, les armaban un “cambuche” (tienda de campaña) con hamacas y les ponían un toldillo para que no los picaran los bichos. Y antes de subirlos a las hamacas, los guerrilleros les limpiaban las patas”, afirma.Rueda también cuenta en su libro que el jefe guerrillero “Adán Izquierdo” no murió al accidentarse su camioneta, como informaron las FARC en un comunicado a finales del año 2000, sino que fue asesinado en su cama por su mujer, pues éste tenía un romance con otra guerrillera.También relata un episodio en el que un hombre al que llama “Comandante Rodolfo” se suicida de un tiro de pistola porque un joven guerrillero rompió la relación amorosa que tenían.
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