Manuel Segovia, de 75 años, y Isidro Velázquez, de 69, viven a 500 metros uno del otro en la aldea mexicana de Ayapa. Son los únicos hablantes vivos del Apayenco, pero no se dirigen la palabra.
Según explicó el antropólogo lingüístico de la Universidad de Indiana, Daniel Suslak, "no es que estén peleados sino que no tienen nada que decirse". El investigador se halla en la tarea de producir un diccionario de Apayenco que deje testimonio de la existencia de esta singular lengua.
Segovia, a su vez, explicó que no tiene ninguna animosidad con el señor Velázquez y relató que "cuando era niño, todos lo hablaban, pero fue desapareciendo poco a poco y ahora supongo que podría morir conmigo".
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