Se llama Julia Abdullah, tiene 40 años y es la mujer más “aseada” del mundo, al menos en cuanto a sus manos se refiere.
Julia se lava las manos hasta 300 veces al día, además de pasarse cerca de cinco horas dentro de la regadera.
Pero no se trata de que haya aprendido muy bien aquello que nos enseñaban de que hay que lavarse las manos porque, como se sabe, tocamos muchas cosas que contienen miles de gérmenes.
En el caso de Julia es una obsesión por la higiene corporal que la ha llevado incluso a enjuagarse el pelo con shampoo unas 25 veces cada 24 horas.
Lo que en principio era un hábito, luego pasó a ser una obstinación hasta que desarrolló Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), que es lo que en realidad padece Julia.
Ella misma confiesa que esta fijación comenzó hace dos décadas, cuando trabajaba en un laboratorio donde manipulaba muestras de orina, de heces y de sangre.
En esa situación se requería un estricto cuidado de su higiene, por lo que se lavaba varias veces al día.
“Pensé que iba a poder controlarlo”, dijo, pero no pidió ayuda profesional cuando los síntomas se hacían cada vez más evidentes.
Paradójicamente, esa misma obsesión le impidió seguir trabajando en el laboratorio, así que en 2009 se puso en contacto con la Asociación de Salud Mental de Singapur, ya que, como ella misma dice, “Estaba a punto de suicidarme”.
El tratamiento no le duró mucho, aunque “La Asociación me ayudo a encarrilar mi vida”, porque después de unos meses Julia empezó a faltar a las citas de la Asociación y su situación volvió a empeorar.
Sin embargo, un consejero de la Asociación persistió y con ayuda de sus amigos y familiares lograron internarla.
Ahora Julia sigue bajo tratamiento pero ya retomó el control de su vida, aunque el proceso de cura definitiva es largo y todavía sigue lavándose las manos varias veces por hora hasta que consiga hacer una vida totalmente normal.
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